martes, 14 de julio de 2009

¡Pero si sólo era una bromita!


Ella se arrastraba sigilosamente por los pasillos umbríos del hospital abandonado. Maldita sea la hora en la que se le ocurrió aventurarse en aquel lugar que tenía mas de 8 años abandonado, sólo por jugarle una mala pasada a una compañera del instituto.
Ahora Gabriela, se encontraba sola, había perdido a sus compañeros de secundaria en esa tan broma tan sucia y barata, pero que sin embargo les costó la vida. Sólo quedaba ella, bañada en sangre, pues en el transcurso de su visita al hospital se había cruzado con algunos de sus compañeros, muertos, Brittany, que se hallaba en una cama de la habitación 405 atada y desnuda… Con sus ojos verdes mirando hacia el techo, su maquillaje corrido, acompañado de mucha sangre que al parecer quería sustituirlo, pues su rostro se encontraba repleto de mordidas y cortes, el labio inferior lo tenía prácticamente colgando, luego su cuerpo ni se diga, hecho una maldita pena. Sólo mencionaré que no tenía pezones. Luego estaban los otros en diferentes cuartos, definitivamente era peor que las películas de SAW. Lo siento por no poder dar detalles pero en mi entrevista con Gabriela ella fue incapaz de describirme el estado en que se encontraban sus compañeros, pues resultó ser muy doloroso volver a recordar.

Vio la figura negra acercarse, ella corrió, sin mirar atrás, y cuando menos lo esperó, aquella figura se apareció enfrente de ella, sonriéndole burlonamente, tenía pinta de cirujano, pero no era real. ¿QUE NO ERA REAL? No parecía real, nunca lo sabremos. Él la golpeó fuertemente hasta apoyarla contra la pared, y la siguió golpeando, hasta que perdió el conocimiento, pero de una manera muy tonta, por lo visto quería divertirse, oyéndola gritar, intentando escapar, verla reaccionar dolorosamente ante los golpes…


Luego Gabriela cuando recuperó el conocimiento, estaba atada en una camilla, desnuda, como sus compañeros, en una sala de cirugías sin embargo, por los instrumentos que vio alrededor para ser exactos. Y ahí estaba el, riendo, preparándose para el festín. Gabriela intentó gritar pero no pudo, el cirujano comenzó a dibujarle en su cuerpo símbolos, luego de dibujarlos comenzó a morderle el pie derecho hasta hacerle brotar sangre para luego lamerla, y lamer continuamente su pierna, paseando junto a su lengua un bisturí que a continuación lo utilizó para hacerle desde pequeños cortes en esa misma pierna hasta quedar entre las mismas, ella intentaba gritar, pero se desmayó, nadie iba en su ayuda. Se daba por muerta definitivamente.

Hasta que apareció el cura del barrio por la puerta de la sala de cirugías amenazando a esa cosa con una Biblia, el cirujano salió por la ventana, y el cura se quedo a socorrer a Gabriela, luego llegaron los paramédicos, y demás. Pero menuda mierda de broma.
En su vida volvió a ser la misma. “Todos los días veo la cara de mis amigos yaciendo en aquellos cuartos, todos los días repito para mi misma los números de esas habitaciones, todos los días… Amanezco temblando con un dolor en mi pie derecho y con la sensación del bisturí entre mis piernas”. Dijo cuando casi concluíamos.

Pero se fue corriendo, huyó de mí, y no pude pedirle más datos, lo siento.


09/Julio/09

1 comentario:

Anónimo dijo...

vaya¡,vaya,vaya.
esta demaciado sangriento,es decir jevi jejejeje me gusto mucho espero que postees otro como este jejeje