Desperté confundida, en la oscuridad de mi habitación. Había soñado otra vez contigo, tenía tanto tiempo que no lo hacia, quizás un mes, o dos… Pero fue algo extraño; Oía unos pasos que yo reconocí como tuyos, (Aunque pensaba que tal vez sería Víctor o Juanjo), al acercarte a la puerta de mi cuarto, dudoso si abrir la puerta o no para saber si estoy dormida, hasta que al final la abres preguntado: ¿Alejandra? Con un tono de preocupación.
Entonces yo no hice nada, sabiendo que eras tu, pero preguntándome “ si está muerto, ¿Qué hace aquí?” Caminas rápido hacia a mi para arroparme ya que estaba desarropada, diciendo mientras me abrazas “Te vas a enfermar hija…” (Entonces no se si lo decías como cuando andaba descalzada por casa que me obligabas a ponerme mis chanclas porque vivías comentando que enfermaría, o no se si apareciste en mi sueño para advertirme). Y creo que desapareciste. Porque al despertar me sentí tan mal que quise ignorar el sueño que tuve contigo.
Luego volví a tener otro sueño, eras mas joven, tenías el pelo corto, y me llevabas a una casa rarísima con una guitarra roja eléctrica en tus manos. No recuerdo qué más sucedió en el sueño, solo que te pregunté: Papá, ¿Por qué siempre desapareces en mis sueños? ¿Por qué me dejas sola?
“Porque no dejan que mi cuerpo se quede por mucho tiempo, lo siento. Pero no te dejo sola, aún mi cuerpo desaparezca estoy contigo, solo que no me ves”.
Luego nos pusimos a ver cosas (Repito, Todo lo soñado sabiendo que estás en el cielo), pude decirte otra vez tímidamente como siempre suelo hacer “Sabes que te quiero, ¿no?” y tu me contestaste riendo: “Claro hija, yo también” giré para ver algo, cuando di la vuelta, no estabas.
“¿Papá? ¿Papá? Volvió a desaparecer… ¡Ah no! ¡Si sigue aquí! Solo que no lo veo…”
Y ese fue mi sueño. Simple, por las cosas que recuerdo, bonito inclusive, pero doloroso porque quizás todo fue una burla de mi subconsciente, o no sé si en realidad me visitaste.
Ojalá pudieras visitarme en mis sueños… Ojalá sea eso.
Te extraño Papá, mucho.
Arwen Ríos Constantine. 04/Mayo/2010
Nota: No me molesto en corregir, porque esto fue un pequeño desahogo.
2 comentarios:
Es extraño... pero quizás si te haya visitado :)
Quédate con la parte bonita del sueño; ha vuelto a ti.
La perdida de un padre resulta dolorosa, pues debemos caminar sin sus consejos (si fue alguien apegado) nada resulta igual, por mas fuerte que querramos ser, es inultil...
Sin embargo, todo tiene su proposito, al igual que tu, perdi a mi padre cuando tenia 9 años, no obstante, vivo cada segundo como si tuviera con él, siento que me ayudara a resolver mis problemas, en fin...
Pero la muerte solo esta en nuestra conciencia, mientras pinses que esta vivo -él lo estara- hasta el dia que decidas mortalizarlo.
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