Y entonces, mientras mi corazón arañado preguntaba ¿Dónde estás? Se acercó un pajarito para contarme su triste historia de amor, y así, se hizo colega mío, y nos fuimos de copas para olvidar nuestra pérdida... El tontorrón casi se choca con un árbol por la borrachera que tenía, y yo, casi choco con un farol de la calle 67.
2 comentarios:
Sincero. Me encanta!
Me chifla. Es genial :)
Un besito!
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