martes, 6 de mayo de 2008

Fuego


Miro el cielo negro,
no hay ninguna estrella,
pienso en los recuerdos y me digo...
"Ojalá la noche fuera eterna".

Sopla el viento, la paz es verde,
pero poco a poco se vuelve negra,
como mi dulce noche.

Acaricio mis labios,
mientras intento imaginar,
como se sentirían al ser el escenario,

de la danza de tus besos...

Saco mi guitarra, que llora... Y no se calla,
gritándole mi enfermedad al viento.¿Cuál será?
Sufrir tu ausencia...
¿Y en dónde no dejaste tu presencia?.

Busco un mechero...No fumo,

pero quisiera incendiar el momento.
Incendiarlo todo, los recuerdos, mis escritos,
mis muebles, mis libros, mi cama, mi cuerpo...

Y el amor que por ti siento.

Arwen Rios Constantine.
[Alejandra Sierra Rios] 05/01/2008

domingo, 4 de mayo de 2008

Querido Mortal


Para mí, sería un deleite sublime,
probar como a la fruta,
tus jugosos labios...

Un deleite fundirme en tu aroma hechizante, o en tus caricias ambulantes...
Ser víctima de la hermosura de tus versos y viajar en ellos.

Para mí, sería un deleite sublime,
quedarme atrapada en la eternidad de tu locura, y después, contárselo a la Luna,
hundirme en tu cuello blanco...
Alimentarme de tu sangre... De tu esencia...
Y poco a poco, ir consumiendo tu existencia.

Arwen Rios Constantine
[Alejandra Sierra Rios]

Navegando a través de la música

Este poema va dedicado a el Señor Hermano Alfredo Morales...Que vino al colegio de visita.

Intérpretes: Josephine Vilorio Frías, Stephanie Grullón, Alejandra Sierra Rios.

Autor/a: Alejandra Sierra Rios

Navegando a través de la música.

Estoy navegando, en lo más profundo de los mares,
para siempre perdida, con el ritmo de la música,
que a la vez es hechizante, y me llena de vida.

Y más allá de aquellas dulces melodías,
observo aquel barco... que no tiene tripulantes,
o al menos, no hay personas, sino un corazón divino...
Lleno de escalas musicales.

Y todo es más hermoso y mágico
cuando tocas ese majestuoso piano,
flotando por las aguas, enfrentando los peligros que la residen.

Es por eso que admiro esas tardes de verano,
en las que me sumerjo en aquel piano, que tú también tocabas
desde aquellos tiempos de tu llegada a República Dominicana,
mientras jugabas con aquellas voces de esas almas inocentes,
que hoy en día extraño y que ahora son parte del pasado...

¡Somos seguidores de tu Música e Historia!

Caminando


Camino, y me pierdo, al perderme... Te encuentro.

Hablas sobre tus batallas que han sido victoriosas, yo te hablo de las mías que supuestamente han sido ganadas pero en la realidad, muchas han sido perdidas...

A pasado un largo tiempo, dices que me veo mucho mas bonita desde entonces, y yo en ti... ¿Qué veo? Realmente, nada nuevo. Me comentas sobre tus amantes, dices que me extrañaste. Y a mí, después de ti, nadie me ha vuelto a besar, tampoco te he vuelto a extrañar, ni siquiera en mis noches mas solitarias donde sólo intento entablar una conversación con mi almohada.

Hablamos un poco más... De mi viaje a México a estudiar, de tu vida monótona, y de tu andar.

Nos despedimos, tu parece que quieres buscar un retorno de lo que fué y a la vez ya no es, nuestro amor. Por mi parte, todo se queda sin decirte nada, me alejo entre el humo contaminante que hacen los coches...

Camino, camino sin perderme, y al no perderme, busco un río, para quitarme el mal sabor que me has dejado, tal vez una copa de vino, risas, soplos de aire gélido...

Creo que comienzo a disfrutar mi soledad...


Arwen Rios Constantine. 2008
[Alejandra Sierra Rios]


Nota: No me voy a México..

Dulce Pesadilla


A toda velocidad estoy yendo, ¿asustada? Sí, no voy a negarlo. Al fin, me paran los pies, y a mí y a los míos nos llevan a un lugar inexistente... Un lugar con juguetes de tortura, un lugar semejante a un erial, al mismísimo abismo. Un lugar donde todo huele a muerte... Un lugar umbrío ... ¿Asustada? No, ahora tengo miedo. Miedo de lo que pueda pasarme, a mí y a mis colegas, miedo de no volver, miedo de no poder despertar de esta dulce pesadilla... Empezamos con los trabajos, nos tratan como esclavos, seres que nunca en mi vida he visto, de cuyo aspecto no puedo acordarme... Veo como mis colegas van cayendo... yo no quiero seguir despues de ellos. No, yo quiero irme. No quiero ser un juguete para nadie. No quiero ser una colección más. ¡No! ¡Joder! ¡No quiero serlo! ¡No quiero ser una muñeca con la casita de tortura a juego! Quiero escapar... así será. Escaparé e iré a un lugar hermoso, volaré por los campos, y volveré a casa. Tomo la hoz con la que suelen apoderarse de las almas de los seres que viven en la realidad y las traen a este infierno. A todo el que se interpone en mi camino, sí, a esos seres extraños, les corto la cabeza sin al menos pensarlo. En el salón, donde estan todas las sillas, sillas de diferentes tipos, para electrocutar, para cortar cabelleras, para clavar clavos... Lloro, mientras que arraso con todo, mientras los gritos me carcomen... Al final, miro hacia el techo y veo un agujero. Sí, esta ahí, para mí, para que escape, pero, ¿cómo escapo? ¿Volando? Yo no se volar... Pero si desearlo. Cuando veo que todo esta perdido, cuando veo que todo se me echa encima, doy un gran salto y estoy volando. Me dirijo hacia el agujero, salgo y vuelo por los campos. Volando... Volando estoy, con una música demoníaca y angelical, volando sobre los campos con una hoz ensangrentada, volando aliviada, volviendo a casa. Y todo acaba... Despertando en mi cama.

Arwen Rios Constantine. 2007

Esto fue una pesadilla medio friki que tuve como pueden leer...