viernes, 20 de marzo de 2015



CARTA A MI MADRE. 14/03/2015
Esto no es un para siempre; es un hasta luego.
Tu partida ha causado un dolor inimaginable, un dolor inexplicable que simplemente hay que vivirlo para saber lo que se siente. Siento que debí de haberme dado cuenta de todo antes, que mis besos y abrazos nunca fueron los suficientes, debí haberte dicho más veces “te amo” y no cuando temí perderte.
Uno no se imagina la vida sin sus padres hasta que pasan las cosas.
“Mi hija es abogada, esto, y aquello”, le decías a los pacientes en lo que esperaban su turno, y cuando veía esa sonrisa en tu cara, yo solo pensaba en tomar muchas materias y esforzarme para terminar rápido la universidad, que llegara finalmente ese día, el día en el que vieras recoger mi título universitario y yo entregarlo a ti, porque todo lo que he hecho en mi vida ha sido para verte sonreír, porque gracias a la crianza que me has dado, soy esta Alejandra.
Me duele tanto, tanto, tanto… Porque va a llegar ese día y ninguno de los dos va a estar ahí físicamente. Para algunos quizás es una estupidez, otros ni quieren estudiar. Solo Dios sabe lo importante que es para mí ese momento, la ilusión de cada hijo que ama a sus padres es entregarles ese título a ellos.
Me duele tanto, tanto, tanto… Porque ahora nunca vas a conocer a mis Wascaritos y Alejandritas. Siempre decías “tu primer bebe va a ser una Alejandrita, y va a ser igualita a ti porque ya he soñado con ella, recuerda que tienes que tener cuidado con los enchufes, debes poner el cloro, mistolin, ace, y todos los productos que pueden hacer daño en un lugar alto donde ella no lo alcance, y siempre estar observándola como yo hice contigo, cuando crezca debes tener cuidado porque va a querer saltar en el sofá y se puede caer, tu me dabas muchos sustos cuando eras pequeña”.
Ahora no quiero esforzarme, voy a la Universidad porque tú no hubieras querido que perdiera este semestre.
Ahora no quiero salir a la calle, voy al trabajo porque no hubieras querido que me quede en casa deprimida.
Ahora no quiero comer, como porque no hubieras querido que me enferme.
Ahora no quiero hablar con nadie, y sigo socializando porque no hubieses querido que le haga daño a alguien.
Ahora no quiero despertarme para ver si sueño contigo, y me levanto porque no hubieses querido que pare mi vida.
Ahora no confió ni en mi propia sombra; porque me he quedado huérfana.
Voy a seguir con mi vida solo porque tú hubieses querido que yo siguiera hacia adelante y formara mi propia familia.
Todavía no puedo creer que no estás conmigo, que ya no tengo a quien darle el coñazo con mis cosas, pienso que aun sigues en España y esto no ha pasado, y cuando aterrice y me dé cuenta caeré en el suelo y me levantare pues en la familia Ríos no hay princesas; sino guerreras.
Siempre fuiste una persona genial, tu humildad era admirable, aceptaste a todos sin prejuicios, fuiste una gran luchadora, gran cocinera, amiga, consejera, una excelente madre que muchos quisieran haber tenido y yo tuve el honor de ser tu hija.
De tu niña,
Ales.
PD: Ni me molesto en corregir los errores ortograficos.

Arwen Rios Constantine 14/03/2015